sábado, 29 de junio de 2013

Aquellos ojos...

Hace años, como 15, llevé a terapia un sueño de angustia como material para trabajar. Era algo así:
Iba caminando, sola y de noche, por una calle muy angosta. Mucha oscuridad. El miedo me invadía... Viste cuando la emoción del sueño se transmite al cuerpo real? Bueno, así. Tenía la convicción de que alguien me estaba siguiendo u observando. 
Al mirar a mi alrededor, entre la oscuridad se ven dos ojos... felinos. Piel de gallina, me helaron la sangre. No hay rostro, sólo esos ojos. Me paralizo, me angustio y me despierto.
Yo todavía la idealizaba, era mi dios. Al analizar el sueño y sacar toda la mierda de adentro, mis vendas caían. Las lágrimas se desplomaban por mi rostro. Ahí comenzó mi camino de despegue. Con más errores que aciertos, pero lo inicié. 
Ahí pude ponerle palabras al sentimiento de ahogo y asfixia. 
Cuando pude odiarla un poco, empecé a liberarme de ella. (Por lo menos un poco).



No hay comentarios:

Publicar un comentario