martes, 20 de agosto de 2013

De amores...

¿Cuánto del romance se va y ya no vuelve?... que me quieras, me mires, me toques, me mimes, me digas, me huelas, me sientas, me envuelvas.
¿Cuánto del romance se llevan los años?... que te quiero, te miro, te toco, te mimo, te digo, te huelo, te siento, te envuelvo.



sábado, 29 de junio de 2013

Aquellos ojos...

Hace años, como 15, llevé a terapia un sueño de angustia como material para trabajar. Era algo así:
Iba caminando, sola y de noche, por una calle muy angosta. Mucha oscuridad. El miedo me invadía... Viste cuando la emoción del sueño se transmite al cuerpo real? Bueno, así. Tenía la convicción de que alguien me estaba siguiendo u observando. 
Al mirar a mi alrededor, entre la oscuridad se ven dos ojos... felinos. Piel de gallina, me helaron la sangre. No hay rostro, sólo esos ojos. Me paralizo, me angustio y me despierto.
Yo todavía la idealizaba, era mi dios. Al analizar el sueño y sacar toda la mierda de adentro, mis vendas caían. Las lágrimas se desplomaban por mi rostro. Ahí comenzó mi camino de despegue. Con más errores que aciertos, pero lo inicié. 
Ahí pude ponerle palabras al sentimiento de ahogo y asfixia. 
Cuando pude odiarla un poco, empecé a liberarme de ella. (Por lo menos un poco).



Sobre ambivalencias...

Benedetti decía en un fragmento de su poema "Desde los afectos": "que no está prohibido amar, que también se puede odiar, que el odio y el amor son afectos, que la agresión porque si, hiere mucho, que las heridas se cierran, que las puertas no deben cerrarse, que la mayor puerta es el afecto..."
Lo leo y me acuerdo de Freud y la ambivalencia en los afectos más primarios, cómo uno ama y odia a ese Otro tan primordial. Cómo, para poder crecer uno tiene que empezar a "pelearse" un poco con esos Otros primordiales. El uno mismo forjado a partir de lo similar y la diferencia con ese Otro. 
Qué difícil se hace el proceso cuando ese Otro que debería amarte solamente, se coloca en el lugar del rival y también te ama y te odia. No debería ser así. No puede dejar de ser hija, no puede llegar a ser madre. 
Qué bofetada al alma cuando caés en la cuenta... cuando todas las fichas se van alineando y podés poner en palabras aquello que sólo te animabas a bosquejar en la mente. 
El círculo se cerró cuando fui madre, las respuestas llegaron al momento de ser madre. 
Entre la tristeza y la decepción bucea mi alma esta noche. 

Tolstoi y sus verdades...

"Todas las familias felices se parecen, pero las infelices lo son cada una a su manera".
No hay dudas, estaba hablando de la mía...

Sobre inicios...

Me doy la bienvenida a este nuevo blog, en el cual sólo se permitirá el acceso a aquellos comentarios, frases, pensamientos de la vida cotidiana que en cualquier otro ámbito se verían censurados por el efecto de la represión (gracias a dios), pudiendo desarrollarse y pulular con total libertad en este lienzo...